Diles que me llamo felicidad
Por: Andy Duardo Martín
Hay momentos en la vida que permanecen en la memoria para siempre, como las raíces de los árboles que penetran la tierra para dar mayor fortaleza y vigor al follaje.
Hace 43 años Paulina Berta Puentes Carballo dibujo su primera letra en una pequeña hoja de papel y ahora se gradúa de Ingeniera Agropecuaria, porque la vida, bien se sabe, premia los esfuerzos.
Junto a ella otros tres Ingenieros Agropecuarios y 3 Contadores. Todos conforman la primera graduación en Cuba de la tarea Álvaro Reinoso. Todos sonríen, hay satisfacción en las miradas.
Allí, dueña de anécdotas inolvidables, está Paulina Berta. Recibe el agasajo correspondiente a la alumna de mejor resultado docente. No importa que haya pasado casi medio siglo, ya es Ingeniera y eso nadie, absolutamente nadie, se lo puede arrebatar.
PERIODISTA: ¿Por qué ahora y no antes?
PAULINA BERTA: “Porque dejé los estudios, algo que no aconsejo a nadie, me casé, tuve hijos y finalmente comencé a trabajar. Pasado el tiempo me di cuenta que dejar los estudios fue un gran error. Muchas veces llegó la añoranza y sentí la lógica culpabilidad de haber hecho muy poco para llegar a consumar mis sueños”.
P: ¿Pero siempre hay una luz?
PB: “Esa luz fue la que me iluminó camino. Yo trabajaba en el CAI Amistad con los Pueblos y cuando llegó la reestructuración del Ministerio de la Industria Azucarera tuve ante mí la posibilidad de volver a las aulas mediante la tarea Álvaro Reinoso. No lo pensé dos veces, sentí que ese era el momento de recoger lo que había dejado a la vera del camino y comenzar de nuevo, así fue como matriculé Ingeniería Agropecuaria en las aulas que la Sede Universitaria de Güines tiene en Amistad”.
P: Ya no eran días de primaria, secundaria y preuniversitario. El reto fue entonces cumplir el sueño pero otras condiciones.
PB: Asimismo, fue difícil porque tuve que conjugar la vida del hogar, con el trabajo, las responsabilidades, la participación social y política, sin embargo la decisión era irrevocable, eran otros días, sí, pero la disposición y la experiencia también eran distintas”.
P: Durante estos años de enseñanza universitaria ¿cuál fue el momento más difícil?
PB: Hacer la tesis y exponerla. Las exigencias y el rigor son altos, por primera vez me enfrentaba a una investigación de tanta pretensión y requisitos. No puedo darte el dato exacto pero fueron muchos los que me ayudaron a realizar este sueño, a ellos todo mi agradecimiento, nunca los olvidaré”.
P:¿Te sientes realizada?
PB: “En parte, y digo en parte porque la realidad me dice que estoy empezando una etapa distinta de mi vida en la que no me puedo conformar con el hecho de haberme graduado. La agricultura cambia mucho, el desarrollo científico-técnico impone nuevos derroteros y uno tiene que atemperarse a su tiempo. Siento que terminé una etapa importante y que lo que está por llegar exigirá mucho más de mí. Lo cierto es que si llegué hasta aquí voy a seguir hasta dominar los secretos que encierra la actividad agropecuaria.”
Humilde, sencilla. Así es Paulina Berta Puentes Carballo, una mujer que conoce como las palmas de sus manos los caminos que conducen a la Granja Agropecuaria Amistad con los Pueblos. Ahora, unos la llaman la Ingeniera Paulina, otros, Ingeniera Berta.
P: Si por esas cosas de la vida alguien me pregunta su nombre ¿cómo prefiere que le llame, Paulina o Berta?
PB: “En eso no hay problemas, sencillamente diles que me llamo felicidad”.
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