Leinier, actuación olímpica elogiable
Por Andy Duardo Martín.
Durante los días de la Olimpiada Mundial de Ajedrez en la ciudad rusa de Khanty Mansiysk, estuve al tanto de los resultados de los equipos cubanos y de lo que publicaban diferentes medios de prensa.
Coincido en que el elogio mayor es para las féminas. El cuarto lugar, rozando casi la medalla de bronce, no sólo es un resultado histórico, es también inédito, singular, plausible y cuantos elogios podamos añadir.
Sin embargo la actuación del conjunto varonil generó criterios opuestos, mientras unos alababan, otros opinaban lo contrario, les exigían más, sobre todo a tenor de los resultados que venía logrando el Gran Maestro de Güines, Leinier Domínguez Pérez.
Considero que no se puede enjuiciar a primera vista, quizás llevados por la pasión, hay que ser más analíticos, detenerse en circunstancias, dar mayor objetividad y sustento a las valoraciones.
La Olimpiada de Khanty Mansiysk, tuvo esta vez mayor participación, Rusia se dio el lujo de presentar varios equipos y muchos representantes de su afamada escuela jugaron en otros equipos que, a la postre, se ubicaron entre los conjuntos de avanzada.
Algunos de esos analistas demandaron más del primer tablero cubano, sobre todo cuando Leinier dividió puntos con representantes de menor coeficiente ELO. Tal vez, como afirman algunos, pudo hacer más por la victoria en esas partidas, pero quién se atreve a asegurar que sus rivales no llegaron bien preparados a la cita rusa y que sus niveles de juego tampoco estén por encima de un coeficiente matemático llamado ELO.
Ellos, por ser primeros tableros, son de hecho los principales jugadores de ajedrez en Bélgica, Turkmenistan e Irán. El resto de los contendientes de Leinier promediaron un ELO de 2637,7 unidades. Traducido en nombres significa que enfrentó a Jakovenko, Caruana, Sokolov, Smeets, Yue Wang y Nakamura.
Pero les digo más, sus diez partidas las terminó de forma invicta, de 10 puntos posibles logró seis, lo que representa una efectividad del 60 por ciento.
No coincido a plenitud con quienes piensan que la actuación de Leinier quedó por debajo de las expectativas en la Olimpiada Mundial de Ajedrez. Su resultado a lo mejor no esté en consonancia total con los 2 mil 716 puntos ELO que exhibe, pero como dije en los inicios, los números son números, la verdad está en el tablero, en saber cómo salir de momentos difíciles, en luchar contra el tiempo, en jugar hasta las últimas consecuencias, en vencer el agotamiento. En el ajedrez las tablas muchas veces son sinónimo de victoria.
Por eso pienso que el accionar del ídolo de Güines en Khanty Mansiysk fue bueno, en correspondencia con su rango y con las potencialidades que exhibe hoy el juego ciencia en el mundo. El primer tablero de Cuba en la cita rusa fue bien defendido, entonces no hay lugar para los lamentos y las dudas.
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