José Martí, 154 años entre los cubanos
Dejándolo plasmado en obras como Abdala, El diablo cojuelo, y el Soneto 10 de Octubre, así como también en la carta a Carlos de Castro, que le costo cumplir prisión y destierro.
De allí salieron los libros El Presidio Político en Cuba y La República Española ante la Revolución cubana, en los cuales desbordan sus ideas anticolonialistas y firme convicción independentista.
Martí siempre vio como imprescindible la creación de una doctrina política e ideológica que estuviera orgánicamente vinculada con toda la obra revolucionaria.
En el discurso a los pinos nuevos resalto: “Nosotros somos el freno del despotismo, y el único contrario eficaz y verdadero del despotismo presente, lo que a otros se concede nosotros somos los que lo conseguimos. Nosotros somos espuela, látigo, realidad, vigía, consuelo. Nosotros somos las reservas de la Patria”.
Toda la obra de Martí: vida, acción y pensamiento, fue una permanente ofrenda a Cuba, a los pobres de la tierra y a los pueblos de América y del mundo; una entrega apasionada a la lucha por la libertad y la independencia absoluta. No salió de él tal como prometió a la madre, obra sin piedad y sin limpieza, y sí de consagración.
Nuestro José Martí es paradigma para varias generaciones y sueño de mármol como dijera Rubén Martínez Villena por una república digna y que nació en 1959.
Hoy lo recuerda, niños, jóvenes, ancianos; un pueblo entero que lo siente más vivo que nunca.
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