Blogia
MAYAWEB: desde Cuba, veraz e inmediata.

Ya puedo soñar tranquila.

Por: Andy Duardo Martín

Hablar de Heydi María Gutiérrez es referirse a una mujer que poco a poco fue desandando caminos hasta encontrar la realización de sus sueños. Su carácter, la firmeza en la toma de decisiones suelen ser las de un dirigente que dedicó gran parte de su vida al trabajo sindical. Así empezó, hasta convertirse en la Secretaria General de la CTC en el municipio de Güines.

Esa postura ante la vida hizo que le nacieran muchos amigos, también enemigos. Pero ella siguió soñando con hacer lo que más le gustaba: hacer locución para la radio. Por eso no lo pensaba dos veces cuando le proponían hacer algún que otro segmento ante el micrófono en Radio Güines.

También tuvo la posibilidad de iniciar la Carrera de Comunicación Social, gracias a la municipalización de la enseñanza universitaria. Dirigente municipal y provincial, universitaria, madre, atención a la familia … y ese sueño constante, ese anhelo inmenso, era como un sortilegio autoprometido que nada ni nadie le imposibilitaría alcanzar: la radio…

PERIODISTA: ¿Cuándo ocurre entonces el toque mágico?
HEYDI: Eso sucede cuando me dije a mí misma que tenía que decidir mi vida. Ya le había dedicado a la dirección muchos años dentro del movimiento obrero y era hora de transitar otros senderos y para mí no había otro que no fuera la radio

P: ¿Y todo resultó, así, tan fácil?
H: Para nada, la liberación como dirigente demoró un poco, existieron incluso algunas incomprensiones, pero ya yo estaba decidida a cambiar el rumbo, a dar un giro de 180 grados.

P: ¿Cómo llegas a la radio?
H: Ya yo era colaboradora de la radio, fui corresponsal y de cuando en cuando hacía locución porque formaba parte de la reserva de locutores de la emisora. Una vez liberada de mi cargo me acerqué a la dirección de la emisora, pero no habían plazas de locutores y decidió entonces quedarme en la radio en otras funciones, pero cerca, bien cerca de lo que yo quería hacer.

P: ¿Y la Universidad?
H: Otra meta, otro objetivo que no estaba dispuesta a abandonar. Nada me detuvo y aunque las exigencias en el hogar y el nuevo trabajo eran fuertes siempre encontré espacio para el estudio de la Comunicación Social, una carrera hermosa. Algunos dicen que es fácil, pero yo les aseguro que toda carrera universitaria es difícil.

P: Y la locución ¿quedó a la zaga?
H: De eso nada, fui adentrándome más en ese mundo, cada vez más fascinante para mí, es una suerte dirigirte a un público amplio y heterogéneo, darles el mensaje de la mejor forma posible, enseñarles, educarlos, orientarlos, convencerlos, establecer un vínculo recíproco que te atrapa, yo diría que para siempre, la radio tiene ese encanto … es muy difícil deshacerse de ella cuando estas dentro, te roba casi todo el tiempo y te entregas a ella convencida de que no debes estar mirando constantemente el reloj…

P: ¿Te consideras una buena comunicadora?
H: Me considero sencillamente una comunicadora que se gradúa el próximo 10 de julio y tiene muchas cosas que aprender. Pienso que durante los cinco años de universidad aprendí mucho, transitamos por asignaturas intensas desde el punto de vista teórico que nos obligaban a escudriñar todo cuanto podíamos, otras me acercaron a los diferentes tipos de comunicación, al trabajo en los Medios de Difusión, a las novedades del Marketing… todo eso te nutre, te hace crecer en ese empeño de querer ser locutora, de ser comunicadora.

P: ¿Y se cumplieron los sueños?
H: Sí, se cumplieron, primero obtuve una plaza como locutora en Radio Güines y al poco tiempo llegó la recta final de la carrera, por cierto, la tesis que defendí tiene que ver con la Historia de la Radio Güines, realmente fue una investigación con contratiempos pero fascinante.

P:¿ Valió la pena entonces desandar tantos caminos?
H: Con tal de llegar… y creo que sí, que llegué, ya puedo soñar tranquila.

“Se hace camino al andar”, así, como dijo el poeta, ha sido la trayectoria de la ahora Licenciada en Comunicación Social, Heydi María Gutiérrez, una mujer que sabe cómo imponerse a los obstáculos que depara la vida. Entonces, vale la pena soñar.

0 comentarios