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Los hombres que murieron en Girón

Por Clara Emma Chávez Álvarez
Abril/ 2003


En la alocución informativa sobre el ataque mercenario por Playa Girón, el comandante en jefe, Fidel Castro, expreso: "…la Revolución ha salido victoriosa, aunque pagando un saldo elevado de vidas valiosas de combatientes revolucionarios…"

Muchos fallecieron instantáneamente debido a la gravedad de las heridas, pero otros continuaron combatiendo ya lesionados, en reclamo de que no los retiraran del campo de batalla, ni los atendieran a ellos, sino a otros compañeros que lo necesitaban.

Algunos recibieron los impactos mortales al acudir en auxilio de su hermanote ideales , y aquellos que murieron después en un hospital, al ser conducidos fuera del área de confrontación o ya en sus hogares, constituyen pruebas elocuentes del porqué luchaban.

Roger Lima Caballero fue herido el 17 de abril. Quedo paralítico de las extremidades inferiores. Pese a que el mal continuo incidiendo progresivamente otros órganos, el joven se sometió a la disciplina del plan de becas. Logró aprobar los estudios secundarios y se encontraba cursando el preuniversitario cuando le sorprendió la muerte, el 19 de octubre de 1968.

Nelson Fernández Estévez era artillero de la Base Granma, y el 17 de abril recibió heridas en el abdomen. No obstante siguió peleando hasta que las fuerzas lo abandonaron.

Trasladado al Hospital Provincial de Matanzas, entre la vida y la muerte, al ver triste a su mamá, le dijo: "…tu sabes como yo pienso (…) tan pronto este bien, y me necesite la Revolución, allí estaré…".

Falleció el 26 de abril de 1961 a la temprana edad de 14 años.

Al estudiar individual y colectivamente la vida de los 156 caídos, observamos entre otros aspectos de interés, que las ultimas ocupaciones que desempeñaron fueron las de jornalero, carpintero, jardinero, zapatero, albañil, chofer, obrero agrícola, mecánico, ferroviario, dependiente, miembro de las Fuerzas Armadas, así como también y de la Policía Nacional Revolucionaria.

Del total el 40 por ciento eran obreros; el 32, militares de las FAR y el MINIT; el resto trabajadores de servicios, técnicos; empleados administrativos y trabajadores por cuenta propia. Sólo un 0,6 por ciento constituían pequeños propietarios.

Otro factor digno de la mención es el referido a la procedencia revolucionaria de los héroes, en quienes hemos podido determinar la preponderancia de antiguos integrantes del MR-26-7 (43) y del Ejercito Rebelde (32), así como la militancia activa de 32 Jóvenes Rebeldes (AJR).

Las edades al caer oscilaban entre los 14 y 59. Con esta última murió Juan Pérez Serna, a quien cariñosamente llamaban el abuelo. La media general se establecía en los 24, 7 años.

En cuanto a su escolaridad, según el sistema de educación vigente en 1961, la mayoría -87- sólo habían vencido la enseñanza primaria, 3 eran analfabetos, 37 graduados de nivel medio y 4, universitarios.

La proyección ideológica de los inmolados, quedó contenida en cartas, conversación con los familiares y compañeros, en las que afloran conceptos que reflejan la condición humana y la convicción revolucionaria de aquellos hombres que entregaron la vida por una patria mejor. En ellos aparecen con notable frecuencia, Fidel, Revolución, libertad, Cuba, Patria, pueblo, lucha, deber, madre, honor e hijos.

Por último, es justo destacar las crueles condiciones en que encontraban la muerte las cinco víctimas civiles a manos de los mercenarios. Todos, 4 mujeres y un hombre, al igual que el resto de la población cenaguera, amanecieron sorprendidos el 17 abril por el ataque, y al ser conducidos en camiones hacia Jagüey Grande, fueron interceptados, vejados y finalmente asesinados.

Pero el pueblo venció por que lo asistía la razón y para ello no escatimó sacrificios ante la insuficiencia de los recursos disponibles, sobre todo, en los primeros momentos. Y fue así porque esos hombre humildes, y con un bajo nivel escolar, pero pletóricos en convicciones y graduados en la lucha por la vida, sabían lo que iban a defender y a costa de qué lo hacían. Los que perdieron la vida en los días de Girón, ganaron la eternidad de la historia y viven.

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