"Saber leer es saber andar"
Recuerdo que en mis tiempos de adolescencia y después en mi juventud mi madre siempre me decía que leyera, que tratara de hacerlo cada vez que pudiera, porque en los libros había muchos conocimientos que nutren el alma.
En aquellos años era más frecuente ver a las personas libro en mano, bajo un árbol, en los parques, en el portal de la casa, en un ómnibus, algo que en la actualidad se ha convertido en una acción poco usual.
Hay que ir más allá de de las novedades y especificidades de las Ferias del Libro. La lectura es una de las actividades más importantes y útiles que el ser humano realiza a lo largo de su vida. En primer lugar, la lectura, del mismo modo que todas las restantes actividades intelectuales, es exclusiva de los seres humanos, únicos que han podido desarrollar un sistema intelectual y racional de avanzada.
Esto quiere decir que la lectura es una de aquellas actividades que nos define por lo que somos frente al resto de los seres vivos. Es una actividad que por lo general comienza a adquirirse muy lentamente desde temprana edad y se mantiene de por vida, es decir que no se pierde con el tiempo.
Por otro lado, su importancia también reside en el hecho de que mediante ella el ser humano puede comenzar a recibir conocimientos de manera formal e insertarse así en el proceso tan complejo pero útil conocido como educación. La lectura supone siempre atención, concentración, compromiso, reflexión, todos elementos que conllevan a un mejor desempeño y a mejores resultados.
Obviamente, la lectura puede realizarse de muchas maneras y con muchos objetivos. De cualquier modo, siempre actuará como un fenómeno que nos permite alentar nuestra imaginación, crear nuevos mundos en nuestras mentes, reflexionar sobre ideas o conceptos, entrar en contacto con nuestro idioma o con otros, mejorar nuestra ortografía, conocer más sobre otras realidades.
Por eso es importante leer, como dijera Martí, saber leer es saber andar, es una manera de crecer”.
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