Alabanza al Rey del ajedrez en Latinoamérica

Por Andy Duardo Martín

Mayabeque, Cuba - El Torneo Internacional de Ajedrez Capablanca In Memoriam se desarrolla en la capital del país. Entre los Grandes Maestros que compiten está el güinero Leinier Domínguez Pérez. No se que resultado podrá lograr el máximo exponente del juego ciencia en América Latina, pero si su actuación no complace, sus detractores caerán sobre él sin el menor sentido ético.

Con Leinier hablo de cuando en cuando pero nunca le he preguntado cuánto le molestan esas opiniones sin sentido común, agresivas a veces, sobre su actuación en diversos torneos. Respeto lo que dicen los demás, pero me parece que con el Gran Maestro, en ocasiones se ha sido extremadamente incisivo.

Al experimentado trebejista se le critica la cantidad de tablas que hace, cuando en realidad lo que debía  valorarse es en qué contexto las hizo. Leinier nunca divide sin luchar. No es de los jugadores que llegan, se sientan y van en busca de la paridad, por el contrario, muchas de sus igualadas acontecen después de una batalla intensa.

Torneos de bajo nivel, poca oposición, muchas victorias. La frase nada tiene que ver con el Hijo Ilustre de Güines. Casi siempre participa en certámenes donde por coeficiente ELO está más allá de los 10 primeros y cuando acude a torneos por equipos la mayoría de las veces defiende el primer tablero, y por ende, enfrenta a los jugadores mejor ranqueados en el listado de la Federación Internacional.

 “Con frecuencia Leinier Domínguez gana partidas muy difíciles; en ocasiones logra materializar una pequeña ventaja o defenderse en una posición inferior; a veces alcanza un resultado positivo y en otras no, pero siempre es muy combativo”, asegura una reflexión del periodista Diego Méndez con la que estoy totalmente de acuerdo.

Y digo más. Hay algo que muy pocos saben, cuando el güinero empezó a codearse con los mejores de Cuba, dormía en el  parque frente a la terminal de trenes de la Habana para jugar los torneos en la Kid Chocolate, clara evidencia de su entrega y amor por el juego ciencia. Nadie con frases impropias, podrá opacar los esfuerzos y  la brillante carrera del ídolo mayabequense.

Si en su tiempo Capablanca fue monarca, ahora nuestro soberano también tiene  nombre, se llama Leinier, ¿sus apellidos?... Domínguez Pérez. Entonces ¡honremos al Rey!