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En Güines, allí me encontrarán siempre

En Güines, allí me encontrarán siempre Por Andy Duardo Martín

El Gran Maestro cubano Leinier Domínguez Pérez implantó el pasado julio una nueva marca depuntuación para un ajedrecista nacional. La lista publicada por la Federación Internacional de la disciplina lo ubicó con 2680 puntos ELO, dos unidades más que en la pasada edición de abril de 2007, válido para ubicarse en el puesto 33 del planeta y liderar al ajedrez masculino en Latinoamérica.

Hablar de este joven trebejista de Güines, municipio ubicado a unos 52 kilómetros de la capital cubana, nos conduce obligatoriamente a recordar su quinto lugar en el Campeonato Mundial de Trípoli, Libia, en el 2004. Para él, llegar a ubicarse entre los cinco primeros del mundo ha sido lo máximo hasta el momento.

Leinier es de los que afirma que su mejor partida no la ha jugado, aunque reconoce que existen algunas interesantes como aquella que le ganó al ruso Peter Svidler en la Olimpiada y el triunfo sobre Ivanchuk en Barcelona.

El ajedrez, preparación constante

Se necesita una preparación constante, dice Leinier. El Ajedrez avanza muy rápido, sobre todo la teoría de las aperturas. A escala internacional se juegan muchos torneos de elevado nivel y eso provoca una gran cantidad
de partidas que tienen valor y es necesario irlas incorporando. También es necesario jugar buenos torneos, aunque eso está condicionado al Elo que uno tenga, agregó.

Para muchos jugadores en el mundo el acceso a la entrega de premios en metálico resulta inspiración para intervenir en una u otra cita, sin embargo, no es el juego ciencia un deporte que pague grandes cifras en comparación con otras especialidades.

“De los premios más importantes están los que se entregan en los Campeonatos Mundiales Absolutos, como el que yo jugué en Trípoli en el 2004, de ese dinero he hecho algunas donaciones para el desarrollo del ajedrez en Cuba y para que mi pueblo de Güines tenga una academia en mejores condiciones, aunque esto último no se ha materializado. Parte de las ganancias las utilizo en comprar libros de Ajedrez, que son muy caros y mejorar mi computadora cada vez que puedo”.

Leinier-Bruzón, rivalidad multiplicadora

“Uno siempre se ha sentido motivado por los
resultados del otro y está claro que el hecho
de coincidir en el tiempo nos ha ayudado
mucho a los dos”. Así piensa el Gran Maestro (GM) güinero Leinier Domínguez Pérez, “cuando uno tiene mejores
rendimientos y se va un poco delante en el Elo el otro se motiva mucho, no quiere quedarse atrás y eso lo hace esforzarse más y por lógica va tener mejores resultados”.

Según el Hijo Ilustre de Güines, esa rivalidad sana los ha ayudado a subir y considera que sin ella no hubieran alcanzado el nivel que tienen ambos.
Cuando le solicitamos a Leinier que nos hable de Lázaro Bruzón los elogigios llegan al pormayor, algo similar sucede cuando le preguntamos al Gran Maestro tunero. La coincidencia de criterios puede sintetizarse en dos frases: exlentes jugadores y una amistad que vence la rivalidad tablero por medio.

La realidad y los sueños

A sus 25 años Leinier parece haber conquistado lo que a otros les ha tomado décadas, una vida entera en conseguir. Con 15 años obtuvo su primer norma de GM y a los 17 la definitiva. Ha sido campeón nacional de la Isla en tres ocasiones (2002-2003 y 2006), submonarca del planeta (categoría sub 18 en el 2000).

Además, es recordista nacional en simultáneas (enfrentó a 150 rivales), titular en certámenes europeos y como si fuera poco, quinto lugar en el campeonato mundial de Trípoli en el 2004, la mejor actuación de un cubano en estas justas desde el título de José Raúl Capablanca en las primeras décadas del siglo XX.

Sin embargo, el sueño de Leinier Domínguez está cada vez más cerca de hacerse realidad: romper la barrera de 2700 unidades ELO. Para ello se prepara. Recientemente, accedió a la petición del GM húngaro Peter Leko, para que participara en su equipo de entrenamiento, llamado que reconoce la calidad del joven cubano.

Pero tantos viajes, tanto ir y venir, no hacen de este prometedor trebejista un güinero ausente, él ha dicho que en esta zona de la geografía habanera llamada Güines, lo tiene todo. “Es un pedacito de tierra indescriptible. Tengo a mi familia, las amistades y al ajedrez en perfecta unión. Me llevo bien y entreno con todos los ajedrecistas jóvenes de mi pueblo. Es una gran cantera para este deporte y en lo que modestamente contribuya mi presencia, allí me encontrarán siempre”.



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